23 junio 2005

No pido tanto según con quien me compares

Me encantaría despertarme con el dulce sonido de mi despertador Hi-Fi. Sacarle el iPod y ponerme una camiseta diseñada por mi mismo. Sentarme tranquilamente a desayunar mientras mi móvil me lee en voz alta los titulares de las paginas que tengo sindicadas en Bloglines.
Abrir la puerta de mi despacho y ajustar un poco la transparencia de los cristales para evitar ser deslumbrado por el Sol. Acariciar mi Mac Mini (por ejemplo) mientras actualizo lo que sea que tenga que actualizar para ganarme la vida...
Pero, por ahora me conformo con:
  • Deleitarme al descubrir que OK Computer es el mejor disco de los ultimo 20 años (enlace para emule)
  • Disfrutar de los objetos que iluminan mi vida (cuando enlazo estos artículos sobre cacharritos que brillan o sujetan cosas trato de informaros lo muchiiiisimo que me gustan)
  • Animarme a hacer algún que otro viaje sin venirme abajo con los inconvenientes.
  • Disfrutar de las utilidades que se encuentran por la red y que hacen la vida más ¿curiosa?
  • Sentirme bien por seguir mirando a las estrellas e irremediablemente ponerme a recapacitar. A plantearme cuestiones existenciales cada día mas devaluadas, y sentir la insignificancia que tenemos, no solo en el cosmos, sino en cualquier empresa americana.
El tema de las patentes de software me parece tan absurdo como el canon compensatorio. Ya he dicho en mas de una ocasión que antiguamente se vendía hielo y con la llegada de las neveras y congeladores cambió el negocio del hielo, no el hielo en si. Aunque para hablar de todo esto seguro que hay gente mas preparada que yo.

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